El pasado sábado, con alegría la comunidad diocesana llegó hasta la Catedral San Mateo Apóstol, desde los cuatro decanatos: Centro, Rahue, Costa y Cordillera, para celebrar 69 años de evangelización, dar gracias a Dios por la creación de la Diócesis de Osorno e iniciar su 70 Aniversario.
El relato de la historia de la Iglesia osornina, erigida el 15 de noviembre de 1955 por el Papa Pío XII, dio paso bellamente a la Santa Misa con la procesión en que acólitos de diversas comunidades, agentes pastorales, diáconos, sacerdotes y presbíteros, además del Obispo, Carlos Godoy Labraña; el Vicario General, padre Cristian Cárdenas Aguilar y el Vicario Pastoral, padre Américo Vidal Yáñez, caminaron por el pasillo central del Templo Mayor hasta el Altar, acompañados con el canto del coro y la asamblea presente.
En su saludo inicial, el Pastor de Osorno dijo: “queridos hermanos y hermanas, nos reunimos en nuestra iglesia Catedral para agradecer al Señor un año más de vida de nuestra diócesis. Ayer cumplió 69 años, y con esta celebración eucarística, inauguramos una especie de año jubilar, ya que nos preparamos para la celebración de los 70 años”.
“Probablemente este año tendremos diversas actividades que nos van a recordar que ya somos una diócesis madura, que camina también con la decisión de seguir siendo Luz y un faro, una guía para tantas personas que ven en nosotros, en nuestra Iglesia, un factor de esperanza”, añadió.
Al momento de la ofrenda, junto al pan y al vino, fue presentada la Cruz, como gran signo cristiano, que denota la salvación y el profundo amor de Jesús. “El Cirio Pascual encendido del bautismo, que nos recuerda que somos hijos de Dios y miembros de nuestra Iglesia Católica”, leyó el guía de la celebración. También fueron ofrendadas las sandalias del Primer Obispo de Osorno, Francisco Valdés Subercaseaux, como signo de la misión en la que se encuentra la Iglesia osornina, tal como hizo el Venerable Siervo de Dios.
Después de la comunión, el obispo Carlos encendió el cirio de cada una de las 22 parroquias y el Santuario que existen en la Diócesis de Osorno, con el objetivo de que sea encendido en cada una de las celebraciones más importante de cada comunidad parroquial, y enfatizó: “les recuerdo que esa luz es el mismo Jesús presente en nuestras vidas y que nunca ha de apagarse”.