La Diócesis de Osorno despidió ayer al Padre Bernardo Werth con una Santa Misa en la Catedral San Mateo. El sacerdote, de origen alemán, dejó legado de humanidad, de evangelización y de entrega generosa en la Iglesia, especialmente en aquellas comunidades en que donó su servicio ministerial en la Iglesia osornina, y en cientos de feligreses que  lamentaron su partida.

Inmediatamente después  de la procesión de entrada a la Santa Misa, y antes de iniciar la celebración misma, fueron puestos sobre su cuerpo, su estola, y algunos signos de su trabajo pastoral: sus llaves, su rosario, sus sombreros, una gorrita de lana y su bastón. Momento que se vivió con gran solemnidad y bellamente acompañado por el canto del coro, que también interpretó la asamblea presente en el Templo Mayor de la Iglesia osornina.

En su homilía, el obispo de la Diócesis de Osorno, Carlos Godoy Labraña, junto con la reflexión en torno a los textos leídos, destacó que el padre Bernardo “supo aproximarse al dolor humano al modo de Jesús. Una serie de testimonios que he recibido de personas que conocieron al padre Bernardo, valoran su actitud de disponibilidad y escucha”.

También resaltó que «El padre Bernardo también fue un hombre clave en tiempos complejos de nuestra historia: integró el Comité de Cooperación para la paz en Osorno en la década de los 70, fue encargado del Departamento de Solidaridad donde asumió las labores de la Vicaría de la Solidaridad”, añadió.

Explicó que desde ese rol “pudo acompañar a familiares de detenidos desaparecidos y ofrecer ayuda humanitaria y espiritual a personas privadas de libertad, por motivos políticos. Ciertamente que fue una luz de esperanza para muchos”.

Antes de la bendición final de esta Santa Misa de Exequias, donde estuvo presente el clero diocesano, religiosos y amigos del querido padre Bernardo, algunos representantes de la catequesis de la Catedral San Mateo Apóstol, de familiares de fieles neurodivergentes ,y de algunas instituciones civiles como la Corporación de Derechos Humanos Pilmaiquén, dieron gracias a Dios por la Vida del padre Bernardo, por su cercanía, sus enseñanzas, su humanidad y todo el trabajo humano y evangelizador y pastoral que realizó.

Al finalizar, algunos sacerdotes trasladaron el féretro hasta el frontis de la Catedral, y a su paso por la nave central del Templo Mayor, la asamblea con pesar y emoción aplaudió el paso del sacerdote alemán, que se donó en su servicio ministerial en la Iglesia osornina.

El sacerdote Peter Kliegel, quien comparte nacionalidad con el padre Bernardo, no ocultó su emoción la partida del fallecido.

El padre Pedro destacó la despedida brindada por la Diócesis, con fieles católicos y también la presencia de  cristianos de otras confesiones que fueron a entregar su respeto, reconocimiento y cariño.

Finalmente, el pastor diocesano, monseñor Carlos Godoy Labraña, destacó el cariño de la comunidad, el cual fue expresado durante la despedida del Padre Bernardo.

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