El rotavirus es una infección viral que afecta principalmente a niños de entre 3 meses y 3 años y ha experimentado un aumento significativo durante el último año en Chile.
De acuerdo con información entregada por el Ministerio de Salud, en 2023 se notificaron más de 8.000 hospitalizaciones por infecciones graves en niños, lo que representa un aumento del 12% en comparación con el año anterior. Aunque la vacuna contra el rotavirus, como Rotarix® y Rotateq®, está disponible en el país, no se encuentra incluida en el Programa Nacional de Inmunizaciones (PNI), lo que limita su alcance en la población más vulnerable.
Atención a los síntomas
La académica de la Facultad de Enfermería de la Universidad Andrés Bello, Karina Henríquez, frente a los síntomas del rotavirus indica que “se presenta inicialmente con fiebre y vómitos, seguidos por episodios de diarrea acuosa que duran de tres a siete días. Estos síntomas pueden estar acompañados de dolor abdominal y náuseas, lo que afecta considerablemente a los pacientes más jóvenes”.
También agrega que “los niños son particularmente vulnerables debido a su menor capacidad para tolerar la pérdida de líquidos, lo que puede derivar rápidamente en cuadros de deshidratación severa». Entre los síntomas de deshidratación más comunes, Henríquez asegura que hay que poner atención en “sequedad en la boca y lengua, ojos hundidos, palidez, y en el caso de los lactantes, fontanelas (molleras) hundidas. Los signos más graves pueden incluir la disminución de la orina, irritabilidad excesiva y somnolencia”.
La fuerza del virus de una temporada a otra
Dentro de los factores propios del virus podemos mencionar que Rotavirus, al igual que otros, puede presentar mutaciones constantes, lo que podría generar nuevas variantes. “Estas mutaciones podrían hacer que el virus se transmita con mayor facilidad, genere infecciones más agresivas o que sea más resistente a tratamientos. Por otro lado, aquellas variantes del virus que no posean estas características «nuevas» podrían disminuir en población mediante el proceso de selección natural”, explica la experta. “A veces ocurren cambios en la virulencia o transmisibilidad del virus a lo largo del tiempo y esto se puede ser a causa de diversos factores, algunos propios del virus y otros asociados al medio y el huésped”.
Transmisión y cuidados
Cabe indicar que el rotavirus es altamente contagioso y se propaga principalmente a través del contacto con heces infectadas, una situación común en jardines infantiles y salas cuna. “Las principales vías de transmisión incluyen manos contaminadas que no han sido lavadas adecuadamente, contacto con superficies que no han sido desinfectadas y la ingesta de alimentos o agua contaminada. Es esencial que se refuercen las prácticas de higiene, como el lavado de manos, ya que los niños pequeños son particularmente susceptibles”, subrayó la académica de la UNAB.
“Los padres deben estar atentos a los signos de deshidratación y buscar atención médica inmediata si los síntomas persisten por más de 24 horas o si se observan vómitos explosivos y frecuentes”, concluyó Henríquez.